Autores chilenos que miran la niñez
La lectura en la primera infancia no solo es una actividad placentera, sino que también sienta las bases para el desarrollo integral de niñas y niños. En este sentido, el trabajo de editoriales locales permite fortalecer la identidad y potenciar la creatividad de las y los pequeños lectores.
Chile tiene una rica tradición en literatura infantil y juvenil, y en los últimos años ha visto surgir a varios autores y autoras que se destacan en la creación de libros juego, álbumes e ilustrados para la primera infancia. En estos libros, el color, la sensibilidad de los textos y el formato hacen que sean una lectura imprescindible, creando un espacio y un momento de afectividad entre el adulto y el niño. Durante este semestre, tuvimos la oportunidad de leer a cuatro autores que nos cautivaron con sus temáticas y con el tratamiento estético de sus obras, en las que proponen escenarios propios de nuestro país, la naturaleza, el juego y la vida.
La editorial española A buen paso nos propone dos títulos de autores chilenos, que abordan temas cotidianos con un enfoque sutil y estético, ideal para leer con niños y niñas en edad temprana. Es el caso de Atacama. ¿Adónde van las vizcachas? (2023), álbum del ilustrador Pato Mena, que combina la belleza de la narrativa visual con una historia sencilla, pero cautivadora, con ilustraciones que capturan la esencia del desierto de Atacama a través de sus colores y paisajes.
Cada página invita a los pequeños lectores a explorar los rincones del desierto junto a la familia de vizcachas. Mena utiliza un lenguaje cercano que mantiene la atención del lector, mientras que el ritmo de la historia permite seguir la trama sin dificultad. La curiosidad de la vizcacha y su deseo de explorar resuenan con los pequeños lectores, fomentando su propio sentido de curiosidad y descubrimiento. Además, en una segunda lectura, logra transmitir un mensaje de respeto y admiración por la naturaleza, fomentando en los lectores una conexión profunda con su entorno, acción crucial para formar futuras generaciones conscientes y comprometidas con el medio ambiente.
De la misma editorial es Plap plap. El corazón de la lluvia (2023), de María José Ferrada, ilustrado por Marco Paschetta. En este delicado libro álbum, Ferrada —una de las voces más destacadas en la literatura infantil chilena— nos regala una obra llena de sensibilidad y profundidad. Su talento especial para encontrar poesía en lo cotidiano se refleja en la forma en que describe el sonido de la lluvia y su impacto en el mundo que nos rodea.
El lenguaje utilizado en este libro es simple, pero cargado de significado, lo que permite a los niños conectar fácilmente con la historia mientras son guiados a apreciar la belleza de la naturaleza. Las ilustraciones de Paschetta, que complementan perfectamente la narrativa de Ferrada, son suaves y etéreas. En su composición trabaja con una paleta de colores que evoca la tranquilidad y el agua para transformar cada página en una obra de arte que invita a las y los lectores a detenerse y explorar los detalles, enriqueciendo la experiencia de la lectura.
Cuatro autoras y autores chilenos que nos cautivaron con sus temáticas y con el tratamiento estético de sus obras, en las que proponen escenarios propios de nuestro país, la naturaleza, el juego y la vida.
El juego es esencial en la infancia, ya que potencia la creatividad y la naturaleza exploratoria, transformándose en un elemento que no puede estar ausente en los libros. En Adentro afuera (2023), de Alejandra Acosta, publicado por editorial Claraboya, el juego será la guía para descubrir la naturaleza y la vida. Las preguntas sobre lo que encontramos adentro y lo que sucede afuera recorren cada página, explorando la dualidad entre el mundo interior y exterior desde la perspectiva de los niños.
A través de un juego visual y textual, Acosta invita a reflexionar sobre los diferentes espacios que habitamos y cómo estos influyen en nuestra percepción y emociones. El libro utiliza una narrativa minimalista, acompañada de ilustraciones y espacios en blanco que fomentan la creatividad y la capacidad para crear significados propios. Con una paleta de colores suaves y líneas limpias, cada página es una ventana a mundos interiores y exteriores que invitan a hacer preguntas. Las imágenes no sólo complementan el texto, sino que a menudo lo expanden, ofreciendo detalles y matices que enriquecen la experiencia de lectura.
Claudio Aguilera y Sebastián Ilabaca unen sus talentos en Dime dónde estás (2023), de Grafito. La narrativa de Aguilera es simple y efectiva: utiliza rimas y repeticiones que facilitan la memorización y la participación de los lectores, mientras que las preguntas invitarán a desarrollar sus habilidades de observación y atención. Las ilustraciones de Ilabaca, llenas de detalles, capturan la imaginación de los lectores, proporcionando pistas visuales para responder a las preguntas del texto. Su estilo es colorido y dinámico, con personajes y escenarios que nos acercan al mundo rural; es el campo chileno, pero también el latinoamericano, el que Ilabaca quiere representar. Y son los colores que se observan en el paso del día los que se dejan ver en cada doble página.
La publicación de libros que reflejan las tradiciones, historias y valores culturales del país ayuda a desarrollar un sentido de identidad y pertenencia desde una edad temprana. Las editoriales chilenas (y extranjeras con autores chilenos) juegan un papel indispensable en la creación de buenos libros para la primera infancia. Su compromiso con la calidad, la innovación y la promoción de la lectura no solo contribuye al desarrollo integral de los niños y niñas, sino que también fortalece la identidad cultural. Estos libros no pueden faltar en una biblioteca infantil, ya que constituyen una herramienta valiosa para padres y educadores que buscan inspirar la curiosidad y el amor por la lectura en los niños.