Colección Cuncuna
Hasta hace algunos años, los libros de la colección Cuncuna eran difíciles de encontrar. Hoy, gracias al trabajo de rescate realizado por la Editorial USACH en 2022, esta tarea es menos compleja. Cinco títulos de este proyecto que entre 1972 y 1973 llegó a publicar veinte cuentos infantiles, son acompañados por un estudio donde Claudio Aguilera e Isabel Molina nos cuentan cómo Cuncuna revolucionó el libro infantil chileno.
La historia de la mítica editorial Quimantú es breve pero significativa. Fundada en 1971, nace al alero de la Unidad Popular con la finalidad de democratizar la cultura, objetivo posible gracias al énfasis que se le dio a la distribución de libros a bajo costo y al compromiso que existía en ese entonces por construir un Chile mejor. Así, en sus casi dos años de existencia, Quimantú llegó a publicar más de diez millones de libros y revistas.
En ese escenario, la editorial desarrolló dos proyectos orientados al público infantil: la creación de la revista Cabrochico, a cargo del escritor Saúl Schkolnik, y Cuncuna, una colección de libros ilustrados para niños y niñas de 4 a 10 años, bajo la dirección de Arturo Navarro. “Más que una editorial, fue un gigante no egoísta que difundió literatura, de la buena, entre quienes entonces no tenían acceso a la cultura”, explica Navarro, en una entrevista de Pablo Espinosa para La Fuente.
Arturo Navarro —sociólogo y periodista, actualmente uno de los principales expertos chilenos en política y gestión cultural— encabezó el área de libros infantiles de la editorial, por encargo de Tomás Moulián. Pero no enfrentó solo este desafío. Además de contar con la asesoría de Alfonso Calderón, Linda Volosky y María Angélica Rodríguez, detalla en la misma entrevista: “tuve la generosa y cariñosa ayuda de mis compañeros trabajadores de Quimantú que me asesoraron en la elección del nombre, del logotipo de la colección, del papel, del tipo de letra, del formato y del tipo de prensas y aplicaciones de color que emplearíamos”.
Así, en 1972, nace esta colección de libros para niños y niñas que llegó a publicar una veintena de títulos que fueron distribuidos en jardines infantiles, juntas de vecinos y sindicatos. El objetivo principal era transformarse en la primera serie de cuentos para la infancia hecha en Chile: “habría autores internacionales y nacionales, pero todos publicados en lenguaje chileno, con ilustradores chilenos e impreso por trabajadores chilenos”, explica Navarro. Bajo la dirección de arte de Renato Andrade (Nato), Cuncuna reunió en su catálogo a escritores latinoamericanos como Marta Brunet y Horacio Quiroga —autores de La flor del cobre y La guerra de los yacarés, respectivamente—; los relatos clásicos El gigante egoísta, de Oscar Wilde, y Los geniecillos laboriosos, de los hermanos Grimm; y cuentos populares, como el anónimo relato hindú El tigre, el brahmán y el chacal.
En 1972, nace esta colección de libros para niños y niñas (...) El objetivo principal era transformarse en la primera serie de cuentos para la infancia hecha en Chile.
Los títulos ya mencionados —que Editorial USACH vuelve a poner en circulación gracias a un proyecto de investigación de Claudio Aguilera e Isabel Molina— son una muestra sustancial de este ambicioso proyecto editorial que fue acallado tras el golpe de Estado, en 1973. Sus páginas nos hablan sobre temas propios de una época que proyectaba con optimismo grandes cambios sociales. Sin embargo, contrario a lo que se podría pensar —y tal como explica el director de esta colección—, el proyecto defendió siempre la integridad de las obras clásicas, sin alterar contenidos para introducir mensajes de corte ideológico.
Leer estos relatos nos confirma que esta impronta valórica no nubló el interés de sus editores por brindar una verdadera experiencia estética. ¿Quién podrá negar el goce que le producirá a lectores de ayer y hoy la historia de los furiosos yacarés que defienden con convicción su hogar de la invasión humana? ¿O el relato de un famélico tigre que, sin darse cuenta, termina encarcelado nuevamente? Respecto a esto, Aguilera y Molina ven en la colección Cuncuna un antecedente del libro álbum moderno chileno, con textos e ilustraciones que conviven de manera armónica, diferenciándose del trabajo que hasta ese entonces estaban realizando otras editoriales para el mismo público, como Zig-Zag o Rapa Nui.
En el caso de los títulos que nos convocan, las ilustraciones de Guillermo Durán (Guidú), Renato Andrade (Nato), Guillermo Tejeda y Jalid Dacarett dieron vida a libros que, gracias a la diversidad de los estilos gráficos que fueron desarrollando, ampliaron los mundos posibles de sus lectores y lectoras. Con un formato apaisado e impresión que alternaba páginas a duotono y a cuatro colores —mantenidos íntegramente en esta reedición—, los relatos transitan por historias fantásticas, pero sin dejar de lado aquellas más costumbristas que dan cuenta del color local. Así, temas como la importancia del trabajo, la justicia y la solidaridad no solo estaban presentes en la ficción, sino que también en todas y todos quienes hicieron posible este breve pero significativo proyecto editorial infantil.
Títulos de la colección
Oscar Wilde · Ilustrado por Guillermo Tejeda
Horacio Quiroga · Ilustrado por Guidú
Marta Brunet · Ilustrado por Guidú
Hermanos Grimm · Ilustrado por Jalid Daccaret
El tigre, el brahmán y el chacal
Relato anónimo hindú · Ilustrado por Nato