Libros infantiles para llorar de la risa
El humor es un tipo de expresión que ensalza el lado cómico en determinadas situaciones y la literatura no es ajena a esta experiencia: innumerables son los ejemplos que podemos encontrar en la literatura infantil y juvenil que nos permiten reír a carcajadas. Esta última temporada, han sido cuatro los títulos infantiles donde el humor es el protagonista y que, sin duda, serán disfrutados por grandes y chicos.
La escritora de libros infantiles Verónica Linares, en su artículo “El humor y el temor en la literatura infantil”, señala que la risa y el juego son elementos inherentes a la niñez, a diferencia de la adultez, período en que se va perdiendo la capacidad de asombro y goce. Es aquí donde la literatura infantil y juvenil se posiciona como una poderosa herramienta que propicia el bienestar y la autorregulación.
El humor, sostiene Linares, puede darse de diversas formas y una de ellas es a través del juego. Un claro ejemplo es el libro 100 monos (Akal, 2021), escrito e ilustrado por el japonés Masayuki Sebe, reconocido por sus obras donde pasan muchas cosas al mismo tiempo y donde el lector debe participar activamente en ese descubrir constante de cosas que van sucediendo. Este álbum, dirigido a los primeros lectores, utiliza distintas estrategias lúdicas para explorar el número cien por medio de aventuras alocadas e instrucciones dadas por el autor, como buscar sombreros, encontrar peces, reconocer aves y distinguir diversos tipos de hojas, entre otros desafíos. En 100 monos hay un gran despliegue de narrativas simultáneas y como lectores solo nos queda dejarnos llevar, ya que la premisa de este título es ¡leer y jugar!
El segundo libro seleccionado es ¡Ya crecí! (Pequeño editor, 2021), de la escritora e ilustradora surcoreana Hyun Seo. Por medio del recurso de la acumulación o efecto de bola de nieve, este título trata sobre el sueño de un niño por crecer rápido y de los trucos que hace para conseguirlo, como colgarse de cabeza o tomar mucha leche. Hasta que un día, leyendo un libro, se entera de la manera en que crecen los árboles y decide probar. El problema es que el resultado es totalmente inesperado y el niño crece tanto que ya no cabe ni en su casa ni en la ciudad y menos en el planeta Tierra.
¡Ya crecí! es un álbum donde prevalecen la imaginación, los deseos y anhelos de los niños y niñas, mediante un texto sencillo que dialoga muy bien con las detalladas y expresivas ilustraciones. Hay situaciones muy divertidas y otras más existencialistas, como cuando el protagonista llega al cielo y se encuentra con Shiva, Buda y Mahoma, momento en que se mezcla lo absurdo con lo espiritual. En esta línea, destaco el juego de la autora con la realidad, lo ilógico y lo gracioso en una misma trama, exagerando situaciones para llevar al límite las posibilidades de la narración.
Es a través del humor que la literatura infantil y juvenil se posiciona como una poderosa herramienta que propicia el bienestar y la autorregulación.
El tercer destacado lleva por título ¡Los unicornios son lo peor! (Obelisco, 2022), un álbum que nos invita a despojarnos de los prejuicios y a sumergirnos en el mundo del rosa y la purpurina. Escrito e ilustrado por Alex Willan, este libro está pensado para sacarnos más de una carcajada. Su protagonista, un estudioso duende, detesta a los unicornios porque lo distraen de sus importantes tareas como la documentación de hechizos y recolección de selectos ingredientes para los mismos.
Pero, ¿por qué los unicornios son lo peor? El duende repara en sus delicadas pezuñas, odia que toquen el arpa, le molesta que tomen el té con coloridos bizcochos y, sobre todo, la purpurina que esparcen por todas partes. ¡Simplemente no se les puede tomar en serio! Sin embargo, luego de toparse con un enfadado dragón y de ser salvado por los unicornios, la opinión del duende cambia radicalmente. Willan nos ofrece una historia irreverente y graciosa, donde a los lectores no les quedará más remedio que unirse al club de la brillantina.
Proveniente del mundo gráfico, el cuarto recomendado es el cómic Lombriz y Urraca (Takatuka, 2022), escrito por Ramón Domínguez Veiga e ilustrado por Iván Rodríguez; un título dirigido a pequeños lectores, pero que también será bien recibido por lectores adultos. Su protagonista es una lombriz muy amable que, a lo lejos, saluda amablemente a una urraca, aunque con serias dudas, ya que esta última es su depredadora por naturaleza. Por su parte, la urraca se muestra muy educada y amable con el propósito de ganarse la confianza de la lombriz y poder comérsela.
Este cómic sorprende por la fluidez del texto, la disposición de las viñetas, sus colores e ilustraciones simples, pero consistentes y llamativas. Los diálogos entre Lombriz y Urraca son notables; hay profundidad, chistes y grandes reflexiones sobre la amistad y sobre sentirse a gusto con el otro. Imposible no recordar al premiado cómic Narval: unicornio marino (Juventud, 2017), destacado en nuestro séptimo boletín, en donde Ben Clanton nos regaló una linda amistad entre un aventurero narval y una atemorizada medusa.
A través de la revisión de estos cuatro títulos podemos señalar que el humor en la literatura infantil y juvenil es un recurso que propicia la risa, el juego y la diversión. Tal como Verónica Linares sostiene en el artículo antes mencionado, estas son instancias que niños y niñas deben experimentar y que nosotros, como adultos, también debemos permitirnos.
En una entrada para el sitio Humor sapiens, el reconocido creador y estudioso de la teoría y aplicación del humor Pepe Pelayo sostiene que en la narrativa infantil humorística es importante que el argumento de la obra sea gracioso y con un final que provoque risas o sonrisas. Sin embargo, remarca, la obra será mucho mejor si además de sacar risas, hace pensar.
Puntos de vista que nos sirven como denominador común para mirar los textos seleccionados en este artículo; títulos que destacan por su calidad literaria, sólidos argumentos humorísticos, ilustraciones con una propuesta estética novedosa y fresca que, junto con hacernos reír, nos desafían como lectores en los más diversos formatos.