
“Tantas sombras”: la fragilidad humana ante el progreso
En alianza con el Instituto chileno coreano, Neón trae “Tantas sombras”, de la escritora surcoreana Hwang Jungeun. Una apuesta por incorporar literatura asiática contemporánea a su catálogo y que ofrece nuevas voces, rostros y miradas al panorama literario juvenil actual.
Ganadora de cinco premios literarios en su país natal, Corea del Sur, Hwang Jungeun goza de gran reconocimiento por su amplia trayectoria relacionada con los podcasts. Su primera novela, Tantas sombras (Neón, 2022) fue publicada el año 2009 en su idioma original; y es gracias al interés y propuesta curatorial de la casa chilena Neón, fundada por la escritora María Paz Rodríguez, que hoy leemos a esta desconocida autora al otro lado del mundo.
Poco se sabe de Hwang Jungeun, sin embargo en el prólogo de la edición que nos convoca, el crítico literario Hyeongchul Shin desliza la posibilidad de trazos autobiográficos en su narrativa: “Es probable que las propias experiencias de la escritora hayan influido en la novela. Su padre dirigió durante más de treinta años una tienda de reparación de equipos musicales en el Centro Comercial Sewoon”. Shin abre una posibilidad no confirmada por la autora, pero de ser cierta, me parece una interesante forma de reivindicar una historia familiar desde la escritura.
Ahora bien, Muyé y Unguio dan vida a esta historia, ambos se conocen siendo asistentes en sus respectivos talleres de reparación electrónica en un antiguo centro comercial en Seúl. Desde ahí, surge una historia de amistad y amor, dentro de un contexto de profundas transformaciones sociales y existenciales.
Tanto Muyé como Unguio abandonan la educación formal tempranamente y deben trabajar para mantenerse a sí mismos y sus entornos. Muyé, por un lado, tuvo que pagar las deudas que dejó su padre al morir, además de alimentar a una familia numerosa. Mientras que Unguio, afectada por el constante acoso por parte de sus compañeras de escuela, decide dejar sus estudios. Es así como ambos terminan trabajando en un lugar abarrotado de viejos locales y restaurantes que hacen frente a una ciudad globalizada, que amenaza con desplazarlos y cuya demolición es inminente.
Bajo esta posibilidad latente, surgen los conflictos cuando a Unguio se le levanta la sombra, algo que en un principio cuesta interpretar, pero que durante la lectura termina siendo mucho más nítido. Preocupado, Muyé le advierte con determinación: “Unguio, no sigas a las sombras”. Sin embargo, a poco andar, ella se da cuenta que no es la única a la que le ha sucedido esto, muy por el contrario, muchos a su alrededor han tenido experiencias con las sombras, siendo algunas más llevaderas, otras más complejas y traumáticas.
Como lectora las sombras me intrigan, pues no logro comprender por qué se levantan. No obstante, al avanzar en el relato, llego a la conclusión de que estas no son nada más y nada menos que los pesares que cargan los personas; tristezas, penas y vacíos. Algunas veces podemos llevarlas con nosotras y forman parte de nuestro día a día, otras veces se hacen tan pesadas que afectan y alteran otros aspectos de la vida del ser humano, tal como a los habitantes de esta historia.
En este libro vemos la tensión entre tradición versus progreso en una Seúl estremecida que crece a pasos agigantados.
La profundidad en la pluma de Hwang Jungeun me conmueve muchísimo. Logro conectar y empatizar con esos seres que cargan sus sombras y que además deben luchar contra el progreso que amenaza con volverlos más invisibles, olvidados e inexistentes; y es que la modernidad avanza y arrasa con todo lo que no se ajusta a ella. En Tantas sombras vemos la tensión entre tradición versus progreso en una Seúl estremecida que crece a pasos agigantados y se lleva por delante lugares, formas de vida y personas que habitan esos mundos, destinados al desplazamiento forzado hacia un lugar incierto.
Mientras intentan navegar la incertidumbre en torno al futuro y las sombras que traen de vuelta el pasado, Muyé y Unguio van estrechando su vínculo. La relación entre ambos es sutil, sin declaraciones de amor ni muestras de afecto grandilocuentes, más bien centrada en los detalles. Muyé lo manifiesta de la misma forma durante el relato: “¿Unguio, has comido ya?”, pregunta, para terminar invitándola a almorzar, cenar o cocinar para ella. Por su lado, ella siempre recurre a él cuando está asustada y le pide que le cante para calmarse. Estos espacios de intimidad entre ambos, delicados y cálidos a la vez, son muestras de afecto entre dos jóvenes que se acompañan.
En esta novela no todo es tristeza y vacío existencial, pues Hwang Jungeun abre otras dimensiones en su relato y nos seduce con deliciosas descripciones gastronómicas que habitan la cotidianeidad de todos aquellos que habitan en el centro comercial. Delicados fideos en caldo, sake caliente con aletas de pez globo tostado, sopas humeantes de vacuno o verduras fermentadas, proporcionan calidez y bienestar. Y una mención especial al patbingsu, un sorbete dulce a base de poroto rojo, que viene a recordarnos que la comida es un espacio de refugio, pausa y encuentro. Bien lo describe el crítico Hyeongchul Shin al sostener que en Tantas sombras no existen protagonistas, que más bien es un protagonismo colectivo, de respeto y memoria por quienes habitaron el centro comercial, como el señor Yio, Yugón o el anciano de la tienda Omusa, entre tantos otros, y que tras la demolición, no vuelve a saberse de ellos.
Tantas sombras es una novela imprescindible que nos acercará al imaginario surcoreano, desde todos sus frentes; la modernidad en constante evolución, sus habitantes lidiando con sus sombras pero también la fuerza de los vínculos humanos. En esta línea, quiero destacar la apuesta editorial de Neón por traernos autores contemporáneos como Hwang Jungeun, conocer su escritura, sus inquietudes como autora y la forma de narrar lo complejo también desde la calidez, y que solo acrecienta mis ganas de volver a leerla.