“Una noche fuera”, o el momento de jugar a ser otro
Publicado hace más de dos décadas en su idioma original, recién llega a nuestro comité este libro que ya es un clásico. Un álbum, escrito e ilustrado por el surcoreano Ho Baek Lee, que nos devuelve a una infancia sencilla y placentera.
Entre todos los lectores compartimos uno de los mejores recuerdos de la infancia: somos pequeños, estamos solos en nuestra casa y nuestra actitud cambia. Pasamos de ser invitados a los verdaderos dueños, y, mientras abrimos las puertas del clóset de nuestros padres, el estómago se aprieta de la emoción. Sacamos sus chaquetas, sus vestidos, nos agachamos buscando las cajas de cartón, en las que guardan los zapatos de fiesta. Rápidamente, nos ubicamos frente al espejo y buscamos en el cofrecito de las joyas, enredando nuestras pequeñas manos en largos collares de fantasía.
Volvemos al armario y las corbatas de tela brillante a rayas nos llaman desde lejos. Hacemos un nudo a la rápida, dejando el lado delgado mucho más largo que el grueso. Un poco de polvo en la cara, algo de brillo en los labios y estamos preparados. Sin que nadie nos haya visto, somos otros por un rato y nos divertimos bailando, haciendo pasos, entregando las manos a acompañantes desconocidos que nos invitan a la pista. Y así, giramos hasta enredarnos con la costura del vestido y nos reímos a carcajadas imaginando las caras de nuestros padres si nos viesen reptar por el piso, vestidos con sus ropas.
El reloj marca la hora del regreso de los adultos, colgamos el vestido, la chaqueta está de nuevo ordenada en el armario, la corbata en su lugar y el collar de regreso en el pequeño cofre. Un algodón con crema borra el intento de maquillaje y buscamos por todos lados el papel que envuelve los zapatos de baile para guardarlos, en el mismo lugar en el que estaban. Acá, nada ha pasado.
Una noche fuera (Kókinos, 2022) se parece un poco a este recuerdo compartido por muchos de nosotros. Una conejita se queda sola, luego de que sus dueños parten de viaje. Abre delicadamente la ventana que separa el balcón donde vive del resto de la casa y su vida cambia: busca comida en el refrigerador, se sienta en el sofá a ver su película favorita, esa que los humanos disfrutan mientras van comiendo galletas; va al tocador y abre los frascos de crema y maquillaje; se prueba el traje de la niña de la casa; en la biblioteca encuentra un libro aburrido que cambia por los patines y aprovecha con ellos de recorrer los pasillos de la casa, empujada por dos palillos que encuentra en el secador de platos de la cocina. Agotada, se va a dormir y al otro día, antes de que vuelvan los dueños de casa, la mascota abre la ventana y vuelve al balcón donde vive. Casi no hay rastros.
Una oda al disfrute de lo prohibido, a ese que sentíamos cuando niños en el momento en que nuestros padres salían y nos quedábamos solos en nuestra casa o acompañados de un hermano mayor, que poca atención nos prestaba.
Seleccionado el 2003 dentro de los mejores libros para niños por el New York Times, Una noche fuera fue escrito e ilustrado por Ho Baek Lee. Autor surcoreano nacido en Seúl, en 1962, graduado en la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de su ciudad natal y con posgrados en Periodismo, Comunicación e Imagen, en Corea y Francia. Además de ser creador de libros, Ho Baek Lee dirige la editorial Jaimimage, especializada en libros ilustrados para niños y la que, según reza la cuenta de Instagram del emprendimiento, “aspira a ser sobre y para el juego desinhibido del espíritu libre de los niños, reflejando sus voces desde dentro”.
El año 2012, la edición sueca de Una noche fuera recibió el premio Peter Pan concedido por IBBY Suecia y la Feria del Libro de Gotemburgo, al ser un libro de un autor poco conocido en el país, de un grupo lingüístico de escasa representación en él y con un contenido para niños y adultos menos familiar para los lectores suecos. De esta manera, el libro se va abriendo puertas en diversas latitudes, traduciéndose a más de siete idiomas. El año 2022, la madrileña Kókinos lo edita en español y en catalán, ejemplar que llega a nuestro comité para ser catalogado como imprescindible.
Muchos artículos destacan que Una noche fuera es una reversión del clásico Ricitos de oro (The Story of the Three Bears), escrito por el inglés Robert Southey y que proviene de una leyenda folclórica escocesa que este poeta escribió en prosa, en 1837. Al igual que la niña rubia de pelo ensortijado, la protagonista de nuestra historia recorre una casa vacía cuando los habitantes de ella han salido de viaje.
En Ricitos, los tres osos van por un paseo mientras esperan que sus platos de avena caliente se enfríen. En el caso de la conejita, aprovecha de disfrutar de los placeres actuales que observa realizar a sus dueños, mientras ella vive en el balcón. Si bien Ricitos es descubierta durmiendo en la casa del oso pequeño; nuestra protagonista animal despierta y escapa sin dejar rastro, o al menos eso cree ella, porque en la última página las ilustraciones de Ho Baek Lee nos muestran el vestigio de su aventura: unas bolitas de caca bajo las patas del sofá, las ruedas de la mesa o cerca del enchufe de la televisión.
Aunque ambos casos son similares, la diferencia salta a la vista al final de la historia. Como buena fábula infantil, Ricitos de oro entrega una moraleja: no dejes las puertas abiertas de tu casa para que entren los intrusos y, por cierto, no entres a lugares ajenos sin permiso ni invitación. Al contrario, en el caso de Una noche fuera, la historia de la conejita solitaria es una oda al disfrute de lo prohibido, a ese que sentíamos cuando niños en el momento en que nuestros padres salían y nos quedábamos solos en nuestra casa o acompañados de un hermano mayor, que poca atención nos prestaba. Al ese momento en que podíamos entrar a los espacios vedados: abrir el cajón de la cómoda del dormitorio de los padres o entrar a su clóset y probarnos su ropa, sentir el olor al perfume de nuestras madres o tocar los collarcitos brillantes que nos hacían sentir otros, adultos, aunque fuera por un instante.