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    Colección ¡Otra vez!, Claraboya
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    Colección ¡Otra vez!, Claraboya

    09 marzo, 2023 Por Óscar Sáez A.
    publicado en el Boletín 12

    Publicados en mayo del 2021, los títulos “¿Qué tiene una montaña?” y “¿Qué tiene un bosque?”, ambos de la editorial Claraboya, son una invitación a descubrir que dentro de la inmensidad pueden habitar seres minúsculos dotados de historias increíbles. Un recorrido particular, de la mano de la argentina Yael Frankel.

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    ¿Qué pueden contar un bosque y una montaña? Es la pregunta que nos asalta cuando abrimos las páginas de los libros de la ilustradora argentina Yael Frankel para la editorial Claraboya, bajo la dirección de Valeria Mari. Sin duda, tienen mucho que decir y mucho que enseñar, tal como lo descubrimos al leer estos dos libros para la primera infancia seleccionados por el comité Troquel durante el 2022.

    Claraboya es una editorial que comenzó a funcionar en el año 2016 y se ha especializado en la publicación de literatura infantil y juvenil ilustrada. Dentro de su catálogo, se encuentra la colección ¡Otra vez!, que edita libros para la primera infancia, con un contenido, diseño y materialidad muy adecuados para sus potenciales lectores, y donde la naturaleza y los animales están muy presentes.

    En esta colección se encuentran dos títulos especialmente destacados, ambos bajo la autoría de Yael Frankel (Buenos Aires, 1967), diseñadora gráfica que ha publicado en Italia, Argentina, Chile, Colombia, España y, también, en Asia. Entre los reconocimientos a su obra, están la selección en el catálogo White Ravens de su libro A simple vista, editado por Amanuta en 2014, y una mención especial en la Feria del Libro Infantil de Bolonia (Italia) por el título ¿Qué tiene un bosque?, uno de los dos destacados por nuestro comité esta temporada.

    Pensados para primeros lectores, ¿Qué tiene una montaña? y ¿Qué tiene un bosque? utilizan como hilo narrativo el acercamiento a los objetos ilustrados; van profundizando en los detalles de cada página y realizan acercamientos a las imágenes que se transforman en parte fundamental de la narración.

    ¿Qué tiene una montaña? comienza con ilustraciones de una cadena montañosa, como la cordillera de los Andes, en la que podemos advertir la presencia de árboles, animales y de una pequeña construcción. Para entrar al juego del libro, la narración va describiendo lo que vemos y nos invita a poner atención a cada detalle. En la descripción del narrador se van despejando capas: en una casa puede haber una escalera, también una piedra o un perro, pero posteriormente entramos en un mundo más lúdico, donde los bichos usan mochilas y reaccionan a las inclemencias del tiempo como si fueran personas. 

    Es posible imaginar el atractivo que generará el libro en los más pequeños: la repetición los entretendrá, las imágenes los cautivarán y fácilmente podrá convertirse en el libro favorito de la infancia. Como en una película, Frankel nos lleva de la mano, usando un zoom que va desde el esplendor de lo grande e inabarcable, hasta el insecto más pequeño que se abriga frente a una fogata. El humor en el desenlace sorprende y nos hace vernos reflejados en el personaje. En la última imagen, la ilustradora nos muestra un montón de piedras de colores en las que está sentado uno de los personajes. Estas serán un camino hacia el próximo título y constituirán la base para la construcción de un bosque muy particular. 

    La colección ¡Otra vez!, que edita libros para la primera infancia, con un contenido, diseño y materialidad muy adecuados para sus potenciales lectores, y donde la naturaleza y los animales están muy presentes.

    Por su parte, ¿Qué tiene un bosque? recibió la Mención Especial del Bologna Ragazzi Award 2022, categoría Ficción de la Feria del Libro de Bolonia. Otorgado anualmente, es el reconocimiento más importante del mundo en el ámbito de la literatura infantil y juvenil, y su designación le otorga gran prestigio a quienes lo reciben y a sus editoriales. 

    Este libro es una invitación a realizar el mismo ejercicio de observar los detalles, tal como en el título anterior, es decir, poniendo atención en las pequeñas cosas. Frankel se enfoca en las innumerables historias que puede contener un bosque, una masa llamativa de figuras redondas y coloridas de las que emergen ramas en todas las direcciones; un ecosistema lleno de minihistorias que son vitales para la vida de los seres humanos. 

    Toda la información ya está en la ilustración, pero las preguntas que nos hace el texto nos ayudan a descubrir lo que ya está allí: en la tierra húmeda nace un árbol, de él se desprende una rama, en ella vive un pájaro que desencadena una historia un tanto absurda, pero que sorprende por su ocurrencia y humor. La autora realiza un quiebre narrativo en la mitad del libro y cruza el umbral desde la no ficción a la ficción. 

    Ambos libros son una apuesta, ya que escapan de lo que habitualmente el mercado ofrece para lectores de primera infancia. Frankel juega con los grises, los verdes, los naranjas, los rojos y azules para dar vida a troncos, piedras, pájaros, grillos, pastos; formas circulares que asemejan troncos y bosques y que en otras son los escondites para los pequeños insectos. El ritmo narrativo genera empatía, ayuda a los lectores a repetir una y otra vez, y en la lectura compartida permitirá que el niño o niña conecte con quien deberá entonar una melodía sencilla. Juntos irán descubriendo el universo que habita en la inmensidad y comprenderán el valor que tiene cuidar lo que nos rodea.