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    “Siento el viento”

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    “Rayo de luz”

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    “La casita del ratón”

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    “Hay un fantasma en esta casa”

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    “Reinos minúsculos”

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    Cuando la diversidad es el centro
    Materialidades

    Cuando la diversidad es el centro

    06 agosto, 2023 Por Carolina Ojeda M.
    publicado en el Boletín 13

    Portadas, guardas, portadillas, tamaños, cartoné, tipografías, troquelados, transparencias, forman parte de la materialidad de todo libro. Cuando hablamos de álbumes, estos elementos adquieren relevancia en relación con lo que el libro nos quiere transmitir. Es el caso de cinco títulos leídos durante esta temporada por nuestro comité que nos invitan a descubrir nuevos significados más allá de las palabras o ilustraciones.

    “Siento el viento”

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    “Todo tiene significado en el álbum”. Estas seis palabras de la autora francesa Sophie Van der Linden prácticamente se han transformado en mi mantra cuando me dispongo a leer un álbum. Y es que, cuando hablamos de buenos álbumes todo —desde la textura del papel, el tamaño del libro, la tipografía, su color, las guardas, la construcción de la doble página, el uso del blanco, entre otros elementos— va construyendo el significado y la experiencia lectora, estética y literaria. Si nos detenemos a analizar cada una de sus partes para luego concebir el todo, podremos descubrir cómo cada elemento de la materialidad contribuye a esta creación de significado. De esta forma, estaremos hablando de la materialidad con función narrativa.

    Los recursos que utilizan los libros para construir su significación y potenciar la experiencia lectora van a variar dependiendo del objetivo y de las decisiones que tomen quienes los escriben, ilustran y editan. Así, es posible encontrar títulos donde el contenido literario es el preponderante, ya que es ahí donde los creadores pusieron el foco. En otros casos —con mayor frecuencia en los álbumes— es el contenido visual el que destaca y se constituye como la piedra angular del libro: las ilustraciones tienen un peso narrativo o informativo por sobre el código textual. Por último, es posible encontrar libros cuya materialidad es el aspecto más relevante a la hora de construir las significaciones, es decir, el objeto es el soporte sobre el cual descansan los contenidos visuales y textuales.

    Un punto importante a considerar tiene que ver con la actual configuración de la industria editorial que ha permitido la integración y convivencia de diversos formatos. De esta manera, hoy hablamos de formatos y géneros híbridos cuando nos encontramos, por ejemplo, con textos informativos que se permiten funcionar como álbumes. Cada vez es más frecuente encontrarnos con materiales ilustrados de no ficción donde la información que entregan las imágenes sobrepasa aquella entregada por el texto. 

    Dentro de los libros valorados durante este semestre en Troquel, nos asombramos con materialidades diversas que funcionaron narrativamente y nos entregaron una experiencia lectora completa. Por ejemplo, el troquelado —ese arte de recortar espacios para perfilar siluetas— fue utilizado de manera sobresaliente en dos títulos publicados por la editorial Amanuta en 2022: Siento el viento y Rayo de luz, ambos de la joven ilustradora Gracia González. 

    Siento el viento —integrado en la lista The White Ravens 2022 de la Biblioteca Internacional Juvenil de Múnich—, es un libro con formato para primera infancia: cartón, puntas redondeadas, colores sólidos. El texto poético, sin embargo, aporta a la transversalidad, con versos sencillos y conmovedores. Los troquelados, por su parte, configuran esa materialidad narrativa de la que hemos hablado, generando en el lector una sensación de aire —o viento— a medida que pasa las páginas. Asimismo, incorpora nubes en un sencillo pop-up que no hacen más que seguir sumergiendo al lector en la sensación de viento. 

    Un elemento clave en este libro es la figura de hoja azul sujeta a través de una cinta. Al sacarla del espacio troquelado en que encaja, colgará y bailará al ritmo del viento: “Llega el viento, / y miro su baile / rápido y lento”, son los versos que acompañan a este momento.

    “Todo tiene significado en el álbum”. Estas seis palabras de la autora francesa Sophie Van der Linden prácticamente se han transformado en mi mantra cuando me dispongo a leer un álbum.

    Rayo de luz sigue la misma idea, pero ahora las páginas troqueladas permiten el juego, precisamente, con la luz. Los agujeros de distintos tamaños y el despliegue de una página en terracota para dar paso al amarillo hasta llegar al sol son elementos que conducen por una lectura sensorial que, sin duda, entrega una experiencia estética muy distinta que la que tendríamos si estos elementos no estuvieran. 

    La casita del ratón (Ediciones Ekaré, 2023), escrito por Jonathan Stutzman e ilustrado por Isabelle Arsenault, es otro título que hace uso del troquel de manera perfecta. La figura de la casa del ratón aparece troquelada página por medio y, por ambos lados, el sentido se completa perfectamente, dejando ver lo que se requiere para la interpretación ampliada del texto. Un elemento fundamental es que la casa del ratón es siempre del mismo tamaño —a excepción de una sola página— y es la ilustración la que va cambiando la perspectiva y jugando con los tamaños de los personajes para desafiar permanentemente al lector infantil.

    Una propuesta distinta es la que presenta Hay un fantasma en esta casa (FCE, 2022), del artista e ilustrador irlandés Oliver Jeffers. Aquí, la materialidad utilizada apunta al descubrimiento por parte del lector de los fantasmas que hay en una morada. Por lo tanto, la utilización de páginas translúcidas está en función del contenido del libro y, sin ellas, se pierde la esencia de la historia. En este caso, hay que destacar la calidad técnica lograda por la editorial en la construcción del libro, por cuanto las páginas funcionan de forma perfecta: tienen la transparencia precisa e incorporan sutilmente a los fantasmas.

    Finalmente, en el ámbito de los libros de no ficción, este semestre leímos Reinos minúsculos (Edelvives, 2022), escrito por la ingeniera medioambiental y autora de libros infantiles Anne Jankeliowitch, a quien conocimos en temporadas pasadas por sus libros Pop-up Luna (Edelvives, 2018) y El sistema solar (Océano Travesía, 2018). 

    Lo primero que llama la atención aquí es el contrapunto entre el título y el gran tamaño de este libro ilustrado por Isabelle Simler. Desde esa impresión, ya sabemos que este libro informativo nos mostrará en grande algo que es pequeño. Vemos a todos los insectos y sus hábitats como si tuviéramos una lupa: hojas, hormigas, abejas, termitas y nidos se observan en gran tamaño. Además, este libro ilustrado agrega solapas, que funcionan como un escondite de detalles frente al texto que nos cuenta acerca del ciclo de vida de los insectos. En este caso, la materialidad aporta un aspecto clave para que el lector vaya explorando lo que se oculta bajo las solapas; un ingrediente que siempre será disfrutado por los lectores infantiles.