Libros que sobreviven
Desde el 2020 en adelante, La Pollera Ediciones ha aumentado la cantidad y la variedad de libros que se publican cada año. Así también, esta editorial chilena ha ampliado el rango de lectores posibles para sus libros. Sin tener necesariamente una colección infantil o juvenil, ya cuentan con varios títulos que, a juicio de nuestro comité, pueden resultar atractivos para niños, niñas y jóvenes.
Es común preguntarse por qué leer a los clásicos o por qué volver a publicarlos. El escritor y periodista Italo Calvino, en libro de ensayos que precisamente se llama Por qué leer los clásicos, dice: “un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir”. En este sentido, leer un libro que fue escrito hace más de cien años siempre implicará una lectura distinta a la que se hizo del texto en la época en que surgió. Al volver a él, podemos ver el origen de la huella que dejó y acceder a una experiencia de lectura que se enriquece con el tiempo.
Pocos son los libros que sobreviven al paso de los años, pero podemos decir que aquellos que lo logran son los que siguen diciendo algo en cada generación, los que adquieren nuevas interpretaciones en nuevos contextos. En este artículo destacamos tres de ellos, publicados por primera vez hace más de un siglo y que llegan a lectores y lectoras de hoy gracias a La Pollera Ediciones. Dos son clásicos de la literatura infantil: Peter Pan y Wendy (2020) y Las aventuras de Pinocho (2021). El tercero, una biografía que con el tiempo pasó a ser parte de los planes de lectura de algunas escuelas norteamericanas: Narración de la vida de Frederick Douglass, un esclavo americano (Escrita por él mismo) (2021).
Clásicos infantiles
Peter Pan y Wendy es una novela escrita por J. M. Barrie y publicada en 1911. La novela estaba basada en la obra de teatro Peter Pan, el niño que no quería crecer, estrenada en 1904. En la versión teatral, el personaje de Wendy no tenía la importancia que adquiriría en la novela, pero, ante las expectativas que generó en la audiencia, el autor decidió darle mayor protagonismo e incluir su nombre en el título del libro.
El contexto en que se publicó Peter Pan y Wendy era distinto al de ahora. Sobre todo, en cuanto a los roles que se les asignaba a las mujeres en la sociedad de la época. Esto es algo interesante de observar en la figura de Wendy, un personaje que, como tantos otros, ha sido eclipsado por el protagonista masculino. Wendy puede ser vista como la contraparte madura y preocupada de un Peter Pan que se niega a crecer y a aceptar responsabilidades, pero es también una niña que, incluso en este mundo imaginario de Nunca Jamás, ya es víctima de una sociedad que destina a las mujeres exclusivamente a las labores de cuidado, mientras los hombres se divierten en sus juegos y aventuras.
Casi treinta años antes que la novela de J. M. Barrie, en 1883, vio la luz Historia de un títere, relato del italiano Carlo Collodi que luego pasaría a llamarse Las aventuras de Pinocho. Al igual que Peter Pan, la historia de esta marioneta animada a la que le crece la nariz cuando miente ha permanecido en el tiempo a través de distintas versiones. Desde una lectura contemporánea es difícil no sorprenderse ante la intención moralizante del libro. Pese a que no deja de ser una directa moraleja sobre un niño desobediente, el libro sigue siendo un relato divertido, plagado de personajes memorables que acompañan a Pinocho en sus sucesivas distracciones.
Leer un libro que fue escrito hace más de cien años, siempre implicará una lectura distinta a la que se hizo del texto en la época en que surgió.
Recordar la esclavitud
Narración de la vida de Frederick Douglass, un esclavo americano (Escrita por él mismo) no es un clásico de la literatura propiamente tal, quizás porque su valor no es literario, sino histórico y político. Sin embargo, tiene esa riqueza de los libros que han significado algo en una época y siguen renovando su sentido con el tiempo.
El libro es el relato de un esclavo joven que, principalmente a través de la lectura, toma conciencia de su condición y decide que tiene que escapar. En el proceso, muestra la crueldad del trato de los dueños de esclavos y lo infrahumanas de las condiciones en que nacían, vivían y morían. Escritas en 1845, estas memorias son un recordatorio de que cualquier forma de violencia puede ser justificada por quienes la cometen si la sociedad las considera legítimas.
En el libro de Calvino antes mencionado, el escritor reconoce las diferencias entre leer un clásico siendo adulto o siendo todavía un joven. El lector adulto ha aprendido a distinguir detalles, descubrir citas, encontrar relaciones y distintos niveles de profundidad. Las lecturas en la juventud, dice Calvino, “dan una forma a la experiencia futura, proporcionando modelos, contenidos, términos de comparación, esquemas de clasificación, escalas de valores, paradigmas de belleza”.
En este sentido, Narración de la vida de Frederick Douglass es un libro interesante de leer en etapas formativas. Saber que la esclavitud ocurrió, que era de esa forma y que fue la lectura lo que entregó a un joven esclavo la conciencia de una libertad que buscó hasta liberarse, invita a volver a mirar la sociedad actual y pensar en los abusos que hoy parecen normales, pero que quizás mañana sean vistos con los ojos con que nosotros leemos la historia de un esclavo.