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    Poesía al alcance de la mano
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    Poesía al alcance de la mano

    04 marzo, 2023 Por Pablo del Valle T.
    publicado en el Boletín 12

    En la última década, la poesía infantil y juvenil se ha multiplicado y ha evolucionado para estar cada vez más cerca de sus lectores. En la siguiente selección recomendamos siete libros ilustrados que destacan por la sensibilidad de sus lenguajes poéticos y la innovación de su propuesta editorial.

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    Hace casi sesenta años Nicanor Parra escribió uno de sus versos más famosos: “los poetas bajaron del Olimpo”. En una época en que la poesía solía estar reservada para las elites, el antipoeta extendió su manifiesto: “este es nuestro mensaje / los resplandores de la poesía / deben llegar a todos por igual / la poesía alcanza para todos”. Hoy me gusta pensar que, en una sociedad acostumbrada al adultocentrismo, muchas y muchos poetas también han bajado del Olimpo para acercarse a un público históricamente marginado: los niños, niñas y jóvenes. Poetas que han reinventado el género ensayando nuevas estructuras, temáticas y sonidos, y que, en compañía de quienes ilustran y editan, son capaces de imaginar experiencias sensoriales cada vez más atractivas. El resultado de su trabajo son versos para sentir, para jugar, para probar nuevas formas de mirar, de pensar y de decir. Una nueva poesía infantil y juvenil que no tiene nada que envidiar a aquella sin apellidos. 

    Entre 2020 y 2022 se publicaron diversos libros de poesía ilustrada que tienen un enorme potencial para atraer a lectores y lectoras de todas las edades. Son obras que parecen estar, por distintos motivos, al alcance de todas las manos.

    Un buen ejemplo para comenzar es Esto es amor: poesía chilena del corazón (Escrito con Tiza, 2022), una antología compilada por Mario Valdovinos que reúne medio centenar de poemas que exploran el amor y el desamor. En este libro todo parece pensado para cautivar al público adolescente, desde la cuidada edición, que destaca por la tipografía y el papel, hasta las ilustraciones de Carolina Ríos, que aportan frescura a poemas escritos hace décadas. El corazón fogoso que brilla en la portada es la mejor representación para la ilusión, el deseo, la ruptura y el dolor que laten en el interior. Las posibilidades de mediación, para una generación que se mueve entre el cuestionamiento y la rendición al amor romántico, parecen infinitas.

    La selección de textos es paritaria y recorre diversas épocas de la poesía chilena, encabezadas por poetas como Gabriela Mistral, Enrique Lihn, Teresa Wilms Montt o Gonzalo Rojas. Como toda antología, el libro ofrece la oportunidad de probar bocados de distintos autores o autoras, para luego optar por adentrarse en algunas obras en particular.

    Entre los seleccionados para este boletín, otro de los títulos que cumple este propósito es Antología de poemas, de Jorge Teillier (FCE, 2022), con ilustraciones de Andrea Ugarte. Un libro que reúne por primera vez la serie de haiku titulada Cosas vistas, junto a otros textos que invitan a refugiarse en la cálida cotidianidad evocada por el autor. Una peculiaridad es su formato sencillo y económico, sello de la colección Vientos del pueblo, que representa un ejercicio de democratización de la poesía para ponerla al alcance de todos los bolsillos.

    Para continuar ahondando en las cavidades del corazón, la editorial chilena Claraboya nos ofrece el libro Amor (2022) escrito por Jorge Luján e ilustrado por Alejandra Acosta. En esta obra los lenguajes de ambos autores se complementan para crear un álbum poético que tiene todo para seducir a sus lectores y lectoras. La portada es la primera flecha lanzada para este cometido: dos amantes enjaulados que a lo largo de las páginas trasladarán la lectura a tiempos inmemoriales en algún lugar del Medio Oriente. El texto juega con las posibilidades del lenguaje, desordenando una y otra vez las letras de la palabra AMOR para crear significados nuevos, como solo puede hacerlo la buena poesía.

    Entre 2020 y 2022 se publicaron diversos libros de poesía ilustrada que tienen un enorme potencial para atraer a lectores y lectoras de todas las edades. Son obras que parecen estar, por distintos motivos, al alcance de todas las manos.

    Otro libro que llama la atención por su sonoridad es La noche en el bolsillo (Kalandraka, 2022) escrito por el español Pedro Mañas y pensado especialmente para el público infantil. Este poemario rescata la musicalidad clásica de la poesía para niñas y niños, y la reinventa utilizando ritmos y rimas impredecibles que prometen entretenidas lecturas en voz alta. Los textos invitan a adentrarse en la oscuridad de la noche y la iluminan con imágenes poéticas impensadas. Las ilustraciones de Mariana R. Johnson acompañan la experiencia con personajes expresivos que habitan escenas llenas de contrastes de luz y de color.

    En esta ocasión, la peruana Micaela Chirif nos sorprendió con dos libros que nos reencontraron con su particular pluma. El primero de ellos es El mar (FCE, 2020), que reúne una decena de textos caracterizados por la repetición de palabras, un recurso inmersivo que nos sumerge en un mar habitado por pulpos y sirenas. Este escenario se replica en el apartado visual a cargo de Juan Palomino, Armando Fonseca y Amanda Mijangos, cuyas ilustraciones danzan, se enredan y se enfrentan como lo hacen las olas, los remolinos o las corrientes submarinas. Será también con el ilustrador mexicano Juan Palomino que Micaela Chirif publica Una canción que no conozco (FCE, 2020), un emotivo álbum poético que da voz a una joven protagonista que conversa por teléfono con su amigo muerto. El texto y las ilustraciones dialogan para crear delicadas metáforas que dan una mirada poética al duelo, en medio de una cotidianidad llena de plantas, pájaros y chalecos de lana.

    Un último título escogido para este boletín es Cajita de fósforos. Antología de poemas sin rima (Ediciones Ekaré, 2020), compilado por Adolfo Córdova e ilustrado, una vez más, por Juan Palomino. El libro reúne treinta y seis textos escritos entre 1920 y 2020 e invita a conocer la obra de interesantes autoras y autores hispanohablantes como la colombiana Clarisa Ruiz, el uruguayo Liber Falco o la española Clara López. Las encargadas de abrir y cerrar el libro con sus poemas “En una cajita de fósforos” y “El espantamiedo” son María Elena Walsh y María José Ferrada. Otros textos especialmente sugerentes son “Mi corazón palpita”, de María Baranda, “Escribe tu nombre en el aire”, de Ricardo Yáñez y “¿Qué pasa si una mariposa?”, de Laura Escudero.

    La selección que nos presenta este libro, realizada minuciosamente en diversas bibliotecas de Latinoamérica, reúne poemas que tienen en común la búsqueda de sonidos nuevos sin necesidad de rimas ni de métrica. La mayoría destaca, además, por su capacidad de sacudir la imaginación a través de preguntas, relatos o juegos de palabras. La principal novedad de la propuesta editorial es la progresión que da coherencia a la obra, de principio a fin: cada poema esconde una pista que conduce al siguiente. En este encadenamiento también participan las ilustraciones, cuyos colores y formas varían suavemente a través de páginas pobladas de soles, lobos y mariposas. Al cerrar el libro, es posible sentir —como podría suceder con cualquiera de los libros presentes en esta selección— que se estuvo ante una colección de pequeños tesoros guardados en una caja de fósforos.