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    “Gigi busca su sombrero” (Niño Editor, 2020)

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    “El tigre que vino a tomar el té” (HarperCollins, 2020)

    “El tigre que vino a tomar el té” (HarperCollins, 2020)

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    Clásicos infantiles: del humor a la imaginación
    Rescate

    Clásicos infantiles: del humor a la imaginación

    02 marzo, 2023 Por Macarena Pagels S.
    publicado en el Boletín 12

    Muchos de los grandes relatos de la literatura infantil contemporánea que vieron la luz durante la segunda mitad del siglo XX y fueron distribuidos por toda Europa y Norteamérica, continúan siendo una novedad para el actual mercado editorial hispanohablante. Obras que, por su gran calidad literaria y por los temas que se atrevieron a exponer en una época de grandes cambios, forman parte del imaginario de una generación que creció en compañía de sus páginas.

    “Gigi busca su sombrero” (Niño Editor, 2020)

    “Gigi busca su sombrero” (Niño Editor, 2020)

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    Entre las novedades editoriales que hemos recogido durante esta temporada nos encontramos con relatos y personajes entrañables que fueron muy populares hace décadas atrás, pero que no conocíamos en nuestro idioma hasta este entonces. Historias rescatadas por pequeñas y grandes editoriales en España y Latinoamérica, que hoy siguen más vigentes que nunca. Son relatos llenos de humor y fantasía, de personajes poco convencionales y miradas diversas en torno a la infancia, propias de una época convulsa con grandes cambios sociales y culturales que eclosionaron hacia la década de los años setenta.

    En este contexto, la literatura infantil se vio influenciada por vanguardias artísticas y nuevos valores sociales que reivindicaban la fantasía y la complejidad de las relaciones personales, entre otros rasgos de la época. Un punto de partida es Bruno Munari y su adelantada propuesta en torno a los libros infantiles. En 1945, el artista italiano diseñó una serie de libros para su hijo Alberto, concebidos en torno al juego y la experimentación, con historias llenas de magia y sorpresa que a la vez apostaban por brindar una experiencia estética estimulante. La materialidad de cada libro y los recursos que se integran al relato —como solapas que ocultan elementos o troqueles dentro de sus páginas— se vuelve tan significativa como su dimensión literaria.

    La editorial argentina Niño Editor ha hecho un gran trabajo al recobrar esta colección, que en 2020 culminó con la publicación de Gigi busca su sombrero y El ilusionista verde, manteniendo la propuesta material de origen con elementos pop-up y cuidando la traducción de sus textos, que respetan las particularidades del idioma original. Gracias a este esfuerzo de producción, hoy podemos tener en nuestras manos verdaderas obras de vanguardia.

    En adelante, el descubrimiento y la interacción serán parte de la experiencia de lectura de diversas publicaciones para niños y niñas. Sin embargo, el humor y la fantasía es un ingrediente que no puede faltar jamás en una buena historia, algo que Munari sabía muy bien. Bajo esa mirada, la editorial argentina también ha apostado por otros autores contemporáneos que, con gran acierto, han interpelado a la infancia. Entre ellos aparece el nombre del británico Anthony Burgess, conocido por ser el autor de La naranja mecánica (1962). En la actualidad, circula por nuestras librerías uno de los dos trabajos que dedicó a niños y niñas, La tierra donde crecen los helados, publicada por primera vez en 1979 y reeditada en 2020.

    Si algo tienen en común Burgess y Munari, además de una especial sensibilidad por la infancia, es que su producción infantil fue creada originalmente para sus hijos. En este caso, La tierra donde crecen los helados fue dedicado a su hijo Paolo Andrea (más tarde conocido como Andrew). Sin embargo, la génesis de esta historia se encuentra en las conversaciones que mantuvo el escritor con el ilustrador italiano Fulvio Testa, que avanzados los años se convertiría en uno de los artistas más reconocidos de su país, ilustrando versiones de obras tan populares como Pinocho y Las fábulas de Esopo.

    La experiencia de los creadores junto a sus propios hijos ha sido una fuente de inspiración bastante común para la creación de libros infantiles. En otros casos, sin embargo, son los propios recuerdos de niñez de sus autores, con sus luces y sombras.

    La tierra donde crecen los helados es un valioso rescate que narra una fantástica expedición en dirigible a una tierra misteriosa con montañas, ríos y bosques hechos de helado y otras golosinas, que luego de pasados los días complica a los aventurados exploradores. Una vez más, la imaginación es el ingrediente esencial para disfrutar de esta historia.

    Pero si de imaginación se trata, la literatura infantil contemporánea verá nacer un sinfín de personajes irreverentes, disparatados y graciosos, así como situaciones y escenarios que mezclan la fantasía y lo cotidiano. Es el caso del protagonista de El tigre que vino a tomar el té, de Judith Kerr, publicado originalmente por William Collins, Sons en 1968 y reeditado en 2020 por HarperCollins. La escritora e ilustradora británica de origen alemán dará vida a un tigre hambriento que repentinamente aparece por una casa para tomar el té, pero que, sin permiso alguno, devora toda la comida de la pequeña Sophie y su mamá. Sin moralejas ni lecciones de buen comportamiento, esta es una historia que solo busca satisfacer la curiosidad de sus lectores y enriquecer un imaginario que pone en el centro la fantasía más pura. El tigre y su peculiar estética, que habita en los recuerdos de infancia de miles de lectores en el mundo, nació luego de largas horas de dibujo en el zoológico, durante una de las visitas que hacía la autora junto a su hija.

    La experiencia de los creadores junto a sus propios hijos ha sido una fuente de inspiración bastante común para la creación de libros infantiles. En otros casos, sin embargo, son los propios recuerdos de niñez de sus autores, con sus luces y sombras. Este es uno de los rasgos que destaca en la obra del reconocido escritor e ilustrador estadounidense Arnold Lobel, mundialmente conocido por la saga Sapo y Sepo (Frog and Toad en inglés), que ha conquistado a lectores y lectoras de todas las edades. El estilo del autor es muy cercano al tono y al ritmo de las fábulas y versos pertenecientes a una tradición literaria de palabras sencillas y relatos llenos de humor para la infancia.

    Este es el estilo que se aprecia en La rosa de mi jardín (2022), uno de los diversos trabajos que realizó junto a su esposa Anita Lobel. Gracias a una nueva edición en español publicada por editorial Corimbo, este rescate se suma a las escasas versiones en español de su trabajo en conjunto, que llegó a ser finalista del Boston Globe–Horn Book Award en 1984. El libro recoge la tradición literaria infantil en una historia acumulativa que juega con el nombre de las flores del jardín. Comienza por una rosa, a la que se suman malvarrosas, caléndulas, girasoles y zinnias. La sonoridad de cada elemento es clave para construir un relato ameno, de palabras sencillas y una cadencia placentera, que además juega con el paso de la imagen al texto una y otra vez.