¿Dónde van cuando llueve?

Björn no es un oso cualquiera. A él cada día le trae algo nuevo. Un sofá rojo para su cueva, una fiesta de disfraces con los amigos del bosque, un regalo muy útil, un chequeo médico, un día de nada y mucha comida para ponerse a hibernar. Björn no es un libro pretencioso, no necesita bombos, platillos ni chorros de colores, ya que la sencillez es su mejor atributo.

En Ana (Das Kapital Ediciones, 2015), Marjorie Agosín toma la primera persona del diario de Ana Frank, revelando los pensamientos de la joven a través de un lenguaje poético que inunda el texto. Al ritmo de la ilustración de Francisca Yáñez, que del naranjo nos transporta por tramas y colores hasta llegar al gris, se mantiene siempre una cadencia narrativa, un cuidado por la expresión del lenguaje literario y visual, que no deja de envolver al lector.

Este libro es un rescate editorial de la generación del 27  pensado para primera infancia. ¡Noche toca los platillos! es un breve poema extraído de Romancero gitano del  poeta Federico García Lorca, que exalta la noche, el cielo y la luna. Las ilustraciones juegan con las formas y colores en buen equilibrio con lo poético.

Los pasajeros de un crucero descubren que el campeón de ajedrez está a bordo y deciden retarlo a una partida. Tras una primera derrota, en medio de la revancha, aparece otro pasajero misterioso que los ayuda a empatar. Publicada durante la segunda guerra, ya entonces denunciaba la amenaza del nazismo.