
Narrar con imágenes
El lenguaje visual en los libros infantiles y juveniles puede llegar a constituir una estimulante narrativa propia. Entre los libros seleccionados este último semestre por el comité Troquel, encontramos diversas técnicas y estilos que llamaron nuestra atención por su atractivo o complementariedad en relación con el texto.
La costura (FCE, 2021) nace bajo la premisa de idear un relato a partir de un objeto: un chal con bordados tradicionales palestinos. Para este desafío, la autora e ilustradora argentina Isol se dedicó a observar cuidadosamente el textil hasta encontrar las formas que le evocaron la historia de un pueblo formado por casas rojas y triangulares, con árboles cargados de frutas, atravesado por un río y que culmina en un frondoso bosque de flecos. Sus habitantes, entre ellos las protagonistas, surgen del dibujo a mano y son sobrepuestos en el chal, el cual fue escaneado por ambos lados para convertirse en el escenario del relato. El trasfondo de la imagen es siempre un mundo textil, mezclando el chal con un lino que va cambiando sus tonos, configurando un collage junto a los dibujos.
En La costura hay dos mundos que se desconocen, aunque están estrechamente vinculados. Un lado frontal, donde impera el orden y la armonía del bordado intencionado —lugar en que habitan las protagonistas— y un “lado de atrás”, intuido por la joven narradora a partir de los relatos de su abuela y la inexplicable desaparición de sus cosas. Isol encontró ese “reino del revés” en el reverso del chal, donde habitan animales y seres sugeridos por los hilos en un intencionado ejercicio de pareidolia. Quienes leemos y observamos, acompañamos la misteriosa interacción de estos dos mundos a lo largo de cuatro capítulos y un epílogo, en donde se mantiene el aprovechamiento de las posibilidades que ofrece el soporte textil para el avance del argumento.
Si en La costura encontramos un interesante uso del collage en unión a la narración, en El coleccionista (Escrito con Tiza, 2022) este recurso visual es parte intrínseca del sentido de lo narrado. Su autor, el ilustrador chileno Matías Prado, nos habla sobre la interioridad y el entorno de una persona que colecciona objetos de arte. Lo hace a través del relato de la mascota perruna que acompaña al coleccionista en sus andanzas y, especialmente, con la ilustración realizada mediante recortes de diversas formas en papeles de colores. Personas, lugares y destacadas obras de arte son emuladas a partir de figuras geométricas básicas e imágenes abstractas recortadas “desprolijamente” en papeles lustre y cartulinas. Abunda el color, el juego con las formas y con el montaje. Para cada página, Matías escaneó los fondos y los recortes, y digitalmente fue disponiendo las piezas de una forma y otra hasta dar con la composición deseada. Un despliegue de creatividad en el que tanto lo recortado como su ausencia dan forma a la colección del protagonista.
Otro ejercicio de innovación en materiales es el que desarrolla Cristian Garrido en La balanza inclinada (Muñeca de Trapo, 2021), cuyo trabajo acompaña los poemas de Paulina Jara Straussmann. Mientras los versos nos van contando sobre la desigualdad social y económica ejercida por un soberano sobre su pueblo, las imágenes nos involucran en dicha inequidad. Todos los escenarios y personajes están construidos con volumen en papeles de diversos tipos, semillas, madera, cartón, corcho y objetos reciclados, en un creativo ejercicio de aprovechamiento de distintas materialidades. Es destacable el trabajo fotográfico sobre cada escenario y la forma en que el ilustrador pensó la composición de las dobles páginas para dar intensidad visual a lo contado. El resultado es de gran atractivo por la minuciosidad del trabajo, junto con la distintiva propuesta cromática y la disposición de los objetos.
En la línea de potenciar la narración visual con el uso de volumen, composiciones y materiales, encontramos la fotonovela Calfucoy. Con la tierra en los pies (Ocho Libros, 2022), de Cecilia Toro. El libro retrata a una familia mapuche migrada desde La Araucanía a Santiago y los aprendizajes de Eloísa, la hija del matrimonio, entre su vida citadina y el impulso o necesidad de reintegrarse en la naturaleza y la tradición familiar. Mediante la técnica del stop motion, la historia es contada en viñetas con una inspiración cinematográfica. Calfucoy fue un trabajo que se extendió por varios años y en la que participaron profesionales de la animación, la fotografía, el cine y la gráfica, diseñando personajes, objetos y utilería con plasticina, creando y pensando ambientes, montando y fotografiando. El resultado es una historia llena de calidez en la que cada elemento dispuesto en escena nos habla de la interioridad de los personajes, por lo que invita a ser releída y observada con atención.
De técnica más tradicional, pero no por ello menos sorprendente, el ilustrador neerlandés Mark Janssen nos trae La isla (FCE, 2021), un libro silente que desborda colores vibrantes y formas sinuosas. Las ilustraciones, acuareladas y de una vasta gama tonal, cuentan la historia de una familia —padre, hija y perro— cuyo barco es destruido en altamar. Flotando entre los escombros, encuentran cobijo en una singular isla que puede no ser tal. Todo el libro está ilustrado en dobles páginas que explotan como un carnaval de formas y coloridos, pero con un sentido de trasfondo. La tonalidad dominante se mantiene en permanente diálogo con lo que le ocurre a los personajes y al entorno marino: el miedo, la esperanza, la quietud o la alegría están sugeridas en la selección cromática y de trazo.
Finalmente, no podíamos dejar fuera de esta selección al siempre asombroso Jon Klassen, que en su libro La roca del cielo (NubeOcho, 2022) mantiene su particular y acotado uso del color en tonos cafés, verdes y grises. Estas tonalidades, junto a la textura difuminada, generan un ambiente de quietud que ayuda a configurar la sensación de tiempo ralentizado en que se desarrollan las sutilmente cómicas y absurdas situaciones que envuelven a los personajes: una terca tortuga, un armadillo y una serpiente. Como suele ocurrir con sus ilustraciones, las expresiones en los ojos son fundamentales para comprender lo que ocurre en la historia.